viernes, 30 de mayo de 2014

Ana Rocío San Millán e hijas


El 30 de mayo de 2014, 12:22, ANA ROCIO SAN MILLAN CUEVAS escribió:
Para mi querido amigo Aurelio Tello Malpartida,

He leído con mucho orgullo y con mucha atención las distinciones de que has sido objeto en tu amado Perú, país al cual tuve el gusto de visitar en febrero de este año, viaje motivo por la amistad y cariño que nos une, tú y Any han sido motivadores y promotores natos de su hermoso país, en mi no menos, hermoso México.

Con mucho orgullo. Como siempre es saberme su amiga, te admiro, por tu trayectoria, que palmo a palmo haz sabido encumbrarte y cosechar muchos años después, años de esfuerzo, de estudio y de entrega, años de soledad, sobre estos quisiera escribirte algo.

Años de soledad, sí, porque llegaste invitado por otro buen amigo a mi país, país que te acogió, pero que al mismo tiempo te hizo pensar en que tú y tu familia, estaban solos y los lazos de unión con tu pareja se reforzaron, solo eras tú, para ella y ella para ti, así como solo tú, con tu esfuerzo. Era el inicio.

El reto era grande, no solo  fue llegar jóvenes, recién casados a un país, similar al tuyo, pero a la vez muy diferente, era nuestro estilo del castellano, era nuestra comida, era nuestra cultura y así iniciaron la aventura, aventura que si mal no recuerdo llevan más de 32 años en este México, que te ha visto crecer  profesionalmente y que ha gozado de tu estudio y sabiduría, pero siempre has sido el " Maestro Aurelio Tello del Perú, que vive en México”.

Orgullosamente peruano, así que me honro en felicitarte y decirte que una vez más, honras a mi país,  tanto como al tuyo, con tus ganas de enseñar lo aprendido, de transmitir a quien lo solicita tu sabiduría en tiempos en donde nos hemos hecho egoístas y autistas, tu siempre con la palabra idónea en el momento exacto, tu siempre con ganas de conversar con tus alumnos, discípulos y amigos.

Tu pasión por la música, tu saber y por supuesto la trayectoria en la misma, es de muchos sabido, pero es de más envidiado, si, envidiado, cuando das rienda suelta a tu saber, nos haces voltear, sentarnos, poner atención y nos invitas a preguntar, a interesarnos, a cuestionarnos sobre nuestra historia y la historia sobre la investigación que desarrollas, en las largas horas de estudio, en tu no conformidad ante el panorama del saber.

Tu pasión por la música es tan grande, como la sencillez con que navegas por esta vida.

Por todo lo anterior, no tengo que recordarles que los queremos y que siempre estaremos orgullosas de ser y de estar contigo, con tu amada Any y tu adorada Thalía. Gracias por veinte y tantos años de amistad, amistad que ha pasado por momentos de alegría y de dolor, de risas y llanto, de ausencia y presencia.
Reciban un fuerte abrazo,

Ana Rocío San Millán e hijas

México, D.F.

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.